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domingo, 23 de diciembre de 2012

Un Parto (no respetado).



“El problema en el amor no es quitarse la ropa,
sino quitarse el miedo.”
(Subcomandante insurgente Marcos)

“Si luchas por lo que crees, aunque fracases, habrás vencido.”
(Mao Tse-Tung)


CONTRACCIÓN.
   Astuta fuente de vida,
instinto de existencia.
Muecas del rostro;
señas de dolor, exultación,
aflicción, sensibilidad e ilusión.
La delicada flor de la vida
vaga sin piedad
en la habitación
de los versátiles impulsos.

HOSPITAL, PROTOCOLOS (blas, blas ,blas…)
   En el paritorio de la ansiedad,
es donde mis ojeras soportan
los soplos que serenan
al despreciable oxitócico dolor,
inspiro de tus expiraciones
mientras -embutidas en batas-
caminantes, incansables antihumanas,
vagan ante nuestras miradas,
con la ayuda de su reloj,
violando nuestro momento.
Tu ciclo y nuestro tiempo
yacen ambos,
desvanecidos ahora,
entre artificiales contracciones.



                                                                                      CESÁREA.
   Llegó el postizo momento 
de poner rostro
a los momentos en los que
hasta las agujas del reloj
crujen con la sentimental emoción
de quien,
como mujer,
no alcanzará a sentir
desde las entrañas más íntimas
la maternal sencillez,
el natural equilibrio
de sentir brotar
la vida de su bebé.



ESPERA-DISTANCIA.
   Congelo tiempos en incertidumbres
en la abrasadora sala de espera
donde me apartan de vosotr@s,
donde un insomne silencio es mi matrona
y donde la tuya;
una timadora de partos
que oídos sordos hace
ante necesidades de cualquier mujer.


 DESLIZO MIS PÁRPADOS HACIA ABAJO.
   Allí sentado, me pregunto
si nunca tuvieron corazón,
si algún día avivarán el amor
las mal llamadas “profesionales”.
Que lo artificial a lo natural, anteponen
tejiendo pretextos banales,
menguan las autoestimas
y el poder femenino de las madres.

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